… El otro día, me puse a pensar sobre cuando era chica; cuando nada me importaba.
Recordé que no me importaban lo que los demás dijeran de mí y que ellos tampoco se molestaban en juzgarme.
Recordé que cualquiera era un amigo para jugar, más allá de su aspecto o vestimenta.
Recordé que a mí tampoco me importaba mi aspecto o mi vestimenta.
Recordé que era más feliz y despreocupada,
no necesitaba pensar en el futuro,
nada de lo que hacía estaba mal,
las palabras fracaso y decepción no las conocía… al menos, no de la forma que las conozco ahora.
Recordé lo feliz que era en aquella época y desee volver allí de alguna forma…
…pero me di cuenta de que no podía.
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