Le presté once libros a una amiga, a cambio ella me prestó
un solo libro. Brújulas que buscan
sonrisas perdidas. Se podría decir que el libro no trata de una cosa en
concreto, es un camino que recorre el protagonista hasta alcanzar un punto
importante de su vida. El libro empieza con un hombre que tiene que cumplir la
última promesa que le hizo a su madre, cuidar de su padre. Pero él no quiere
cumplirla, su padre no lo merece. Así, el protagonista, se encuentra en una
especie de encrucijada sobre si hacer o no, ir o quedarse. A su vez el
protagonista tiene que cargar con sus propias pérdidas, olvidar o perdonar
traumas de su infancia, aceptarles para poder seguir con lo que le queda en su
vida. Albert Espinosa nos lleva a recorrer una vida entera en diecinueve
capítulos, y en cada uno se encuentra algo que vale la pena guardar. Es un
libro de rápida lectura, atrapante, con frases bonitas, y poquito de alma
propia.
Opinión
más personal: leí el libro bajo mucha presión, estuve demasiado tiempo sin
terminar un libro que me guste, pero Brújulas
que buscan sonrisas perdidas superó la presión. El libro me hizo sentir
cosas que hacía mucho que no sentía a causa de un libro. Te alegra, te
entristece, pero cuando cerras la última página, te sentís satisfecha, llena.
Me volvió a dar ganas de leer. Es simple, tal vez no sea nada nuevo o
revolucionario, pero no hace falta. Con cada palabra Albert te hace sentir
parte del libro, empatizar con los personajes aunque no se conozcan sus
nombres, tampoco hace falta. Muy recomendable para una noche de soledad.
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