De esta novela hay una película japonesa que no le llega ni a los talones al libro, pero que está bien ambientada y respeta la trama (segunda imagen).
Es una historia de amor adolescente, con un trasfondo muy dramático. Pero ninguna de estas serán las claves de la temática del libro.
Al estilo de Paulo Coelho, Murakami enfocará el eje de la historia en una lección de vida para nuestro narrador, que aprenderá qué es el amor, a superar la muerte de alguien muy cercano para él y descubrirá, poco a poco, como ser feliz con su vida rota.
La narración es muy tierna, los personajes un poco planos, pero lo que más destaco son los pensamientos que expresa nuestro personaje principal.
Este libro está lleno de frases y enseñanzas que nos harán cerrarlo cada tanto y nos dejarán absortos, pensando en todo el peso de las palabras que nos invaden.
Leí este libro a los 14 y después de nuevo a los 17. La primera vez razoné la historia. La segunda vez, la historia me movió a las lágrimas y supe que había una gran verdad detrás de todo aquello.
Este libro de tener mucho de autobiográfico. Las situaciones son reales, sin rosas, llenas de crudeza.
De las razones por las que más me gustó, es porque me sentí identificada.
Haruki dice lo que muchos callan por inmoral.
Haruki es adolescente en alma.
Haruki sabe que no hay blanco o negro, que en la adolescencia todo es un gris borroso que no se ha terminado de mezclar.
"Estaba en la plenitud de la vida y todo lo que me rodeaba era muerte"...
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